EUROPA SUFRE UNA ENCRUCIJADA CON POCAS SALIDAS, QUE LA ESTÁ AFECTANDO
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnen en Bruselas en una cumbre determinante para la resolución de la crisis energética que viene golpeando las economías en los últimos meses, pero que se ha agravado a raíz de la invasión rusa en Ucrania.
Por un lado no pueden recurrir a las ayudas que pide Ucrania sin dejar de entrar en un conflicto armado que no quieren ni les interesa participar, sobre todo a los limítrofes, a pesar de la insistencia de tantos «halcones» irresponsables que quieren ir a la guerra con rusia.
Zelensky e Presidente de Ucrania repite monótonamente el pedido de ingresar a la OTAN o que le envíen aviones, pero no va a ocurrir. La Union Europea NO VA A ENTRAR EN UN CONFLICTO DIRECTO POR DEFENDER UCRANIA pues las consecuencias podrían derivar en un coflicto mundial que no le conviene a ninguno.-
Tomada esta decisión, los europeos se enfrentan a problemas que su aliado norteamericano no tiene y están directamente relacionados a las necesidades energéticas europeas. No tienen petróleo y en consecuencia lo importan para generar su combustible y diesel para el transporte, no tienen gas y están sufriendo cada vez más los problemas que el cierre del gasoducto ruso les está trayendo y no tiene la electricidad suficiente para sus necesidades industriales.-
A ello hay que sumar la decisión rusa de cobrar sólo en rublos, las deudas y compras que en esta materia le hagan Alemania, Paises Bajos, Francia, etc para reforzar la pérdida de valor de su moneda y debilitar la exclusión económica que sufre.-
Además, el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, ha defendido por ejemplo este jueves que los Veintisiete deben tener en cuenta la «particularidad» de la Península Ibérica en materia energética y aceptar que España y Portugal puedan adoptar medidas inmediatas para limitar el precio de la electricidad, aunque el resto no lo hagan.-
El Ejecutivo español, que viene reclamando desde hace semanas “una respuesta común y ambiciosa» al frenético incremento de los precios del gas y la electricidad, lo fía todo al paquete de medidas que salga de este cónclave, pues de ello dependerá el plan de choque que presentará el próximo 29 de marzo para aliviar el descontento de la calle.
España sufre hoy por hoy una feroz huelga de transportes por el encarecimiento de los combustibles, que por primera vez en muchos años está vaciando supermercados e incluso detuvo sus flotas pesqueras en los puertos.-
Los jefes de Estado y de Gobierno europeos parten divididos en cuál es la receta idónea para poner freno a la escalada del petróeo, gas y la electricidad: España y los países del sur defienden imponer topes de precios, mientras que Alemania, Holanda y los nórdicos mantienen su oposición frontal a cualquier intervención en el mercado.
El Gobierno ha confirmado que España tomaría las medidas necesarias en el caso de que la UE no lo hiciera. Así lo defendió la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en una entrevista en La Hora de la 1 de TVE. En la misma línea, el presidente del Gobierno señaló que el Ejecutivo «va a hacer todo lo que esté en su mano para defender a las empresas y a los consumidores» y que «no sean rehenes de este chantaje energético al cual está sometiendo Putin a la UE».
CÓMO AFECTA A LA UNIÓN EUROPEA, EL BLOQUEO ECONÓMICO A RUSIA
No solo Rusia siente las sanciones occidentales, que se desataron en respuesta a la guerra del presidente ruso, Vladimir Putin, contra Ucrania. Las sanciones están perjudicando a otros países, desde Egipto hasta Alemania, que dependen en gran medida del trigo y el gas natural de las partes en guerra.
Los precios del petróleo y el gas natural se dispararon durante el fin de semana, con esta nueva ronda de sanciones occidentales contra Rusia, mientras los comerciantes se preparaban para las interrupciones en el suministro de Rusia, uno de los mayores exportadores de petróleo y gas del mundo, y Ucrania, un importante país de tránsito del gas ruso.
Hasta ahora, las sanciones no se han dirigido directamente al sector energético, pero los comerciantes temen que Moscú pueda tomar represalias restringiendo las exportaciones de petróleo y gas, y que las sanciones occidentales eventualmente se amplíen para dañar directamente al sector energético ruso, la gallina de los huevos de oro del país.
«Los suministros de energía de Rusia están en gran riesgo, ya sea porque sean retenidos por Rusia como arma o porque queden fuera del mercado debido a las sanciones», explicó Louise Dickson, analista del mercado petrolero de Rystad Energy, en una nota.
También existe la preocupación de que excluir a los principales bancos rusos del sistema de pagos SWIFT podría hacer que comprar petróleo y gas rusos sea prohibitivamente engorroso. Se informa que los bancos europeos Societe Generale y Credit Suisse han detenido el financiamiento de todas las materias primas de Rusia.
Eso está preocupando a muchos en Europa, que obtiene más de un tercio de su suministro de gas y aproximadamente una cuarta parte de su petróleo de Rusia. Cualquier interrupción en el suministro podría dejar a los europeos sin suficiente gas para calentar sus hogares y con facturas de electricidad exorbitantes, ya que las empresas de servicios públicos tendrían que luchar por el combustible para generar energía.
«Hasta ahora, las sanciones parecen estar excluyendo la energía, de manera que el efecto indirecto es menos grave de lo que podría ser. No se equivoquen, los riesgos de un resultado mucho peor están ahí», dijo Jim Reid, analista de Deutsche Bank, a los clientes.
Aumento del precio de los alimentos
La crisis también ha aumentado los temores sobre el suministro de granos como el trigo y el maíz y las semillas oleaginosas. Los futuros de trigo en Chicago han seguido subiendo tras tocar máximos de 13 años y medio el pasado viernes 25 de febrero de 2022, mientras que los precios del maíz también cotizan a niveles elevados.
Rusia y Ucrania en conjunto representan alrededor del 30 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo, casi una quinta parte del comercio de maíz y alrededor del 80 por ciento de las exportaciones de aceite de girasol. Ambos son proveedores clave de trigo para el Medio Oriente y Europa. Turquía y Egipto son los mayores importadores de trigo ruso.
Los expertos temen que las operaciones militares rusas aumenten aún más los precios de los alimentos en países como Libia, Yemen y Líbano, profundizando la crisis alimentaria que ya viven.
El conflicto ya está interrumpiendo las exportaciones desde los puertos del Mar Negro, que se utilizan para enviar granos a Asia, África y la Unión Europea. Este lunes, Egipto se vio obligado a cancelar una licitación para adquirir trigo, luego de recibir solo unas pocas ofertas y a precios muy altos.
La inflación seguirá desatada
Para la mayoría de las personas en todo el mundo, el impacto económico de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia se sentirá en forma de una mayor inflación, causada principalmente por el aumento de los precios de la energía, los metales y los alimentos.
Los precios del aluminio se han disparado a un máximo histórico, superando los que alcanzó en 2008, durante la crisis financiera mundial. Los comerciantes temen que las sanciones contra Rusia y las medidas de represalia de Moscú puedan interrumpir el suministro mundial de aluminio. Rusia produce alrededor del 6 por ciento del aluminio del mundo.
El suministro del metal de alto consumo energético también se verá afectado por los precios más altos de la energía y su consiguiente escasez, lo que podría provocar el cierre de más plantas.
«Las nuevas interrupciones en la cadena de suministro global son un riesgo clave y, como mínimo, es probable que los precios de estos productos básicos permanezcan elevados por algún período, manteniendo la inflación global alta durante más tiempo», dijo Jason Tuvey, de Capital Economics.
La invasión corre el riesgo de descarrilar la recuperación económica mundial tras la pandemia, complicando las cosas para los formuladores de políticas, de quienes se espera que ajusten la oferta monetaria para contener la inflación, que rondaba máximos de décadas en países como EE. UU. y Alemania incluso desde antes de la guerra.
La incertidumbre en torno a la recuperación económica podría retrasar, en última instancia, los planes de los bancos centrales de aumentar las tasas de interés, lo que significa que las hipotecas y los préstamos personales ultrabaratos podrían permanecer un poco más. (RTVe, DW y propia)