HALLAN LAS MOMIAS DE OCHO NIÑOS SACRIFICADOS EN UN RITO PREINCAICO
Los arqueólogos a cargo de las excavaciones de Cajamarquilla, la segunda ciudad preincaica más grande del Perú, hallaron dos nuevos fardos con restos de niños en aparente sacrificio para acompañar hacia el mundo de los muertos a la momia de un personaje de clase social alta de 800 a 1.000 años de antigüedad.
Así lo relevaron este martes los arqueólogos Yomira Huamán y su profesor Pieter Van Dalen, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), quienes confirmaron que con estos dos nuevos fardos ascienden a ocho los menores que integrarían el sacrificio masivo de niños más antiguo jamás descubierto en el país andino.
«Al principio eran seis, pero en los siguientes días se sumaron dos más, en total suman 8 niños y 12 personas adultas que se han encontrado asociados a la momia de Cajamarquilla», explicó Van Dalen durante la presentación del hallazgo en el Colegio Real de San Marcos, en el centro de Lima.
Por las evidencias de violencia que presentan los restos de estos individuos, envueltos en fardos de algodón y amarrados con soguillas, la hipótesis preliminar de los arqueólogos es que habrían sido sacrificados para acompañar a un hombre de clase alta, quien habría jugado un rol social importante en este complejo urbano milenario ubicado en la periferia de la capital peruana, a unos 21 kilómetros del centro de la ciudad.
La momia de ese personaje, de entre 35 y 40 años en el momento de su muerte, se descubrió en noviembre pasado, cuando los arqueólogos encontraron un cuerpo enterrado de manera meticulosa, inmovilizado con cuerdas y en posición fetal, con las dos manos tapándose el rostro cadavérico, al estilo del famoso cuadro «El Grito» de Edvard Munch.
Durante este mes de febrero, en el área externa de su pomposa tumba, localizada en el denominado sector Kroeber del complejo, se encontraron objetos de cerámica, mates y elementos orgánicos y botánicos que acompañaban a los restos de estos 8 niños y 12 adultos, que podrían corresponder a algunos de sus hijos, esposas o sirvientes cercanos.
Según precisó Huamán, la mayoría de los cuerpos adultos corresponden a hombres, mientras que los restos de las mujeres se encuentran mejor conservados por estar envueltos de fardos de algodón, al igual que los niños.
Cultura huari
Al parecer, estos restos preincaicos serían de la cultura huari, que dominó los Andes peruanos entre los siglos VII y XIII, y por tanto se trataría de un sacrificio masivo de niños anterior a los cientos de cuerpos de menores sepultados en sacrificio por el pueblo chimú (XI-XV) en Huanchaco, cerca de Trujillo.
Este hallazgo confirmaría que Cajamarquilla, que se extiende por cerca de 170 hectáreas, fue un importante punto de intercambio comercial entre la costa y la sierra andina, en el que convivieron entre 10.000 y 20.000 personas de distintas nacionalidades étnicas preincaincas.
«La importancia de Cajamarquilla es el choque cultural de distintas culturas. (El complejo) se encuentra en Lima, pero también estamos observando que muchas personas de la zona altoandina estaban llegando acá y había intercambio cultural», declaró Huamán, quien inició este proyecto como parte de su tesis para licenciarse.
A la fecha, los arqueólogos apenas excavaron el 1 % de las hectáreas totales del complejo, según detalló la estudiante, quien se mostró convencida de que «Cajamarquilla aún tiene mucho más que decir, mucho más por hablar».
El principal reto, sin embargo, es lograr los permisos del Gobierno peruano para seguir con las excavaciones y, sobre todo, el financiamiento, aseguró la rectora de la UNMSM, Jerí Gloria Ramón Ruffner, quien hizo un llamado a organismos nacionales e internacionales a colaborar con este proyecto de investigación. «El problema son los recursos, el presupuesto. La Universidad de Salamanca, las universidades de España tienen que venir a apoyarnos», dijo.
En los próximos meses, algunas de las muestras halladas en Cajamarquilla serán enviadas a laboratorios especializados en el extranjero para obtener los resultados de radiocarbono, de ADN y estroncio, entre otros, a fin de poder definir con mayor precisión la procedencia de las personas encontradas. (20 minutos.es)