INVESTIGAN LA MAYOR CONCENTRACIÓN DE HUELLAS DE DINOSAURIOS JAMÁS REGISTRADA

Bolivia pasó a estar en el centro de la paleontología mundial tras el descubrimiento del mayor conjunto de huellas de dinosaurios conocido. Un equipo de científicos que trabajan en los Estados Unidos y Bolivia documentó más de 16.000 huellas, arrastres de cola y marcas de natación en el yacimiento Carreras Pampa, ubicado en el Parque Nacional Torotoro en el centro del país. (foto de huella de terópodo gentileza shutterstok)
Publicaron el hallazgo en la revista científica PLOS One. El estudio fue liderado por Raúl Esperante del Instituto de Investigación en Geociencias de Loma Linda, en los Estados Unidos, y representa un registro sin precedentes en cantidad y diversidad.
El estudio, liderado por Raúl Esperante del Geoscience Research Institute de California, Estados Unidos, y desarrollado por un equipo internacional, se centró en nueve sectores concretos dentro de la vasta extensión de Carreras Pampa. La metodología empleada combinó prospección sistemática en superficie con análisis fotogramétricos y morfométricos detallados, permitiendo discriminar entre las más de dieciséis mil impresiones atribuidas a dinosaurios terópodos –carnívoros mayoritariamente bípedos– que habitaron la región durante el Cretácico Terminal. La escala del conteo supera cualquier concentración previamente documentada, estableciendo nuevos parámetros para el campo de la icnología.
La significancia del yacimiento, sin embargo, no reside únicamente en el número abrumador, sino en la extraordinaria variedad comportamental que los rastros encapsulan. Las huellas, que varían en tamaño desde las diminutas, de menos de diez centímetros, hasta las grandes, que superan los treinta centímetros de longitud, capturan un repertorio completo de acciones.
Los investigadores han logrado diferenciar entre pisadas firmes dejadas en substrato blando, huellas profundas que sugieren movimientos enérgicos o cambios bruscos de dirección, y un conjunto particularmente revelador: las llamadas swim tracks o rastros de natación.
Estos últimos, marcas alargadas y rasguños poco profundos, se interpretan como el resultado de dinosaurios que, en aguas someras, impulsaban su avance tocando el fondo con las garras de sus pies. A estos se suman los rastros sinuosos dejados por el arrastre de la cola, un tipo de evidencia directa de postura y locomoción excepcionalmente rara en el registro fósil.
La conjunción de todos estos elementos –marcha, carrera, giros, natación y arrastre caudal– en un mismo estrato geológico proporciona una visión dinámica y multifacética de la paleoecología del lugar.
La orientación predominante de las huellas, alineadas en una dirección noroeste-sureste, junto con la preservación de rizaduras en la superficie de la misma capa de limolita, constituye la clave para reconstruir el paleoambiente.
Esta evidencia sedimentológica indica de manera concluyente que los dinosaurios se desplazaban paralelos a la línea de una costa antigua, posiblemente una llanura mareal o una zona lagunar marginal.
La recurrencia de la dirección en miles de impresiones sugiere un patrón de movimiento no aleatorio, quizás vinculado a rutas de migración, desplazamientos diarios entre zonas de alimentación y descanso, o simplemente el seguimiento de un litoral que ofrecía un terreno transitable.
La densidad de las icnitas, donde en algunos sectores la superficie parece literalmente pavimentada con ellas, lleva a los autores a caracterizar el área como una zona de tráfico intenso. La identificación de varias huellas paralelas, aunque sin formar secuencias de pasos estrictamente sincronizadas, abre la puerta a la interpretación de movimientos grupales, un dato conductual de primer orden para entender la sociabilidad de estos terópodos. La Carreras Pampa emerge así no como un sitio de un evento aislado, sino como una autopista costera extremadamente concurrida durante un período geológico concreto.
La preservación de las huellas, catalogada en varios morfotipos dentro del estudio, se debe a una combinación de factores tafonómicos afortunados. Los dinosaurios pisaron un sustrato de limo húmedo y blando en la orilla, dejando impresiones nítidas que luego fueron rellenadas rápidamente por sedimentos más finos, probablemente en episodios de crecida o marea alta.
Este enterramiento rápido permitió su conservación antes de que la erosión o el pisoteo posterior las destruyera. Posteriormente, los procesos de diagénesis endurecieron los sedimentos, y la erosión moderna ha ido removiendo la capa superior, exponiendo de nuevo el pavimento fosilífero.
El doctor Esperante, en el contexto de la publicación, destacó la singularidad del lugar como una ventana excepcional al pasado, no solo por la cantidad de individuos que por allí transitaban, sino por la riqueza de información sobre sus actividades específicas durante el tránsito.
La experiencia en el campo, según describen los investigadores, es sobrecogedora: cada metro cuadrado de roca examinado contiene decenas de testimonios de vida antigua, un sentimiento de inmersión total en un ecosistema desaparecido. (LBV)









