TODO LO QUE A GNL SE REFIERE, ESTÁ POR VERSE…

Hasta hace poco tiempo, la empresa YPF S.A. y su socia Petronas anunciaban una inversión de U$S 30.000 millones en diferentes etapas para concretar una planta terrestre de GNL que iba a generar ingresos de divisas por otro tanto, casi como una segunda Pampa Húmeda.
Nada de eso ha salido de los anuncios en los sucesivos eventos oficiales-empresariales donde se promete el oro y el moro a cambio de subsidios y apoyo estatal. Pero solo queda el RIGI y las exenciones que aportan las provincias y aún municipios.
De las inversiones multimillonarias en dólares ahora solo queda que, tanto YPF S.A., Pampa Energía y otras petroleras, se suman al proyecto del “joint venture” Southern Energy conformado por PAE con Golar, que consiste en el alquiler de un barco licuefactor (propiedad de esta última) para amarrarlo en Punta Colorada, sobre el golfo de San Matías, en la costa de Río Negro.
Un buque que tiene una capacidad de producir unas 2,5 toneladas anuales de GNL, es decir, un volumen marginal en el mercado mundial. Alquilar el barco reduce sustancialmente las inversiones necesarias por un lado, pero hay otros elementos a tener en cuenta para entender las causas por las cuales la planta terrestre del proyecto de YPF S.A. y Petronas no ha salido de los papeles.
Una planta terrestre de producción de GNL requiere no solo materia prima (gas natural), sino instalaciones de compresión y enfriamiento de ese gas y de almacenamiento, que consumen una gran cantidad de energía eléctrica. Y aunque la Patagonia es una gran productora de energía eléctrica, lo cierto es que no hay infraestructura de redes de super alta tensión (500 Kv), que es la forma de transportar esa energía generada.
En la zona que nos ocupa de Punta Colorada, a unos kilómetros de la costa, pasa una línea de 500 Kv que va desde Choele Choele hasta Madryn. Esta línea está saturada en su capacidad de transporte, al punto que nuevos proyectos de generación están trabados por esa saturación. La posibilidad anunciada de construir una segunda línea que una el valle medio del Río Negro y Madryn nunca salió de los papeles.
Entonces un tema crucial para una planta de GNL terrestre en Punta Colorada es la provisión de energía eléctrica sin líneas disponibles de alta tensión. Obviamente se puede resolver con la instalación de generadores en el sitio, pero esto aumenta la inversión y el costo de producción.
La “solución” entonces es un barco alquilado que cuenta en sí mismo con las instalaciones de compresión, enfriamiento, almacenamiento y producción de energía eléctrica. Pero eso implica que producir GNL a través del alquiler del barco no baja de entregar GNL a un precio base no menor a U$S 2,5 dólares el millón de BTU. Mientras el mercado mundial pague un precio superior (descontando el flete y otros costos), todo puede ser factible.
El barco llegará a la Argentina en el 2027 y viene de estar produciendo GNL en Camerún, donde entregó 8 millones de toneladas de GNL y cargó más de 120 buques metaneros. Es decir, una estadía de unos cuatro años en el país africano. ¿Transformó a Camerún en una Pampa Húmeda?
La respuesta es un rotundo no, entonces ¿porqué lo haría en Argentina si produce desde el golfo San Matías? Los datos son elocuentes: en el año 2022 Camerún exportó la mitad de gas natural que la Argentina, y figura en el puesto 157 por el nivel de exportaciones a nivel mundial.
De modo que el barco Hilli Episeyo que Golar le alquilará a PAE, YPF S.A., Pampa y otras petroleras no movió la aguja del nivel de exportaciones ni de calidad de vida en Camerún. Es muy difícil que lo haga en Argentina.
Pero en tanto Sierra Grande perdió la oportunidad del trabajo e inversión que genera la construcción, venta y compra de materiales y los negocios periféricos que se generan y sobre todo los puestos de trabajo que la construcción y luego manutención, generaría en una localidad donde los puestos de trabajo escasean severamente. TODO LO DEMÁS ESTÁ POR VERSE (ROSL – 03-05-2027)