LUEGO, DESENCADENARÍA UN GRAN EJEMPLO DE SOLIDARIDAD. Las cenizas del volcan Cordon-Caulle comenzaban a cubrir la ciudad y la región minutos después de las 15 hs de aquel 4 de Junio de 2011, cubriendo una tarde soleada de temperatura agradable que rápidamente se volvió noche, para desconcierto de todos.(foto premiada y recordada de Chiwi Giambirtone de un buzo en el lago cubierto de cenias)

A quien esto escribe lo encontró jugando un torneo de golf en Arelauquen en el hoyo 12 y la oscuridad fue tal que nos costó llegar al starter del club y los autos ya que no veíamos nada. Era un sábado y el desconcierto fue total, la gente enviaba mensajes telefónicos a sus familiares o amigos intentando entender lo que estaba sucediendo.

En aquel momento realizábamos la publicidad del Hotel Puyehue y recibimos un mensaje de ellos dando cuenta de lo que sucedía, lo que nos puso al tanto en medio de tanta ignorancia de lo que estaba ocurriendo. Y nos enterábamos también por mensajería de la desgracia en la línea sur con la mortandad de animales.-

El regreso a la ciudad por la ruta 40 fue un caos, a 20 km por hora, sin visión una enorme columna de vehículos intentaba regresar a la ciudad en medio de una lluvia de cenizas primero y arena después. Lo demás es por todos conocido y no hay quien no tenga su propia anécdota o haya escuchado alguna al respecto, de aquel momento.-

Habíamos sufrido tras el lago-moto, la difteria que encerró a la ciudad en Abril del 76 por falta de vacunas, la nevada del 84 y el fuerte golpe de la gripe A ¿lo recuerda? Unas temporadas perdidsa y entonces la desazón ganó inmediatamente a todos cuando vimos y pudimos dimensionar lo que nos estaba ocurriendo. Pero tampoco ésto nos iba a detener.-

Y lo increíble y maravilloso vino después de los trabajos personales de alivianar techos y limpiar vehículos, proteger a los animales, en fin. Me refiero a cómo nos fuimos levantando luego. Cómo comenzó a aparecer (tras el egoísmo inicial de muchos que por ejemplo vaciaron las góndolas de agua potable y elementos indispensables), una empatía y solidaridad nunca vista para reflotar una ciudad paralizada y sepultada bajo la profunda capa gris.-

Comenzaron a verse los camiones volcadores, cientos de vecinos palas en mano levantando las cenizas de calles, veredas y canteros, otros ayudando en los techos de los más ancianos o impedidos, e incluso aquellos que físicamente no estaban en condiciónes acercando un mate, una pizza, una torta frita a muchos desconocidos que colaboraban al bien común de poner en pié a la ciudad. Miles, en un esfuerzo nunca visto, nos emocionó y enorgulleció a todos, haciéndonos creer que había otra madera dentro de la comunidad. (ROSL)