Valencina, la gran ciudad prehistórica contemporánea de Stonehenge que colapsó hace cinco mil años

A solo unos pocos kilómetros de Sevilla se encuentra el yacimiento de Valencina de la Concepción, que hace cinco mil años fue uno de los asentamientos más grandes de Europa, contemporáneo de complejos ceremoniales como Stonehenge o Newgrange. (foto de megalitos)
Según un nuevo estudio publicado en Journal of Anthropological Archaeology por Leonardo García Sanjuán y Timothy Earle, Valencina, cuyo nombre original desconocemos, fue un importante centro neurálgico de poder, intercambio y complejidad social durante la Edad del Cobre (entre 3200 y 2300 a.C.).
El artículo es el resultado de décadas de investigaciones y excavaciones que han ido sacando a la luz una ciudad prehistórica de proporciones sorprendentes, descubierta hace 150 años. Con una extensión de 450 hectáreas es el asentamiento prehistórico más grande de la península Ibérica e incluye dólmenes monumentales, zanjas, cuevas artificiales, pozos y miles de fosas excavadas en el suelo.
Valencina poseía una ubicación clave en el punto donde el río Guadalquivir desembocaba en una gran bahía del Atlántico. Desde allí sus habitantes podían controlar tanto el tráfico fluvial hacia el interior como el marítimo entre el Mediterráneo y el Atlántico, y entre Europa y África. Esta situación privilegiada convirtió a la ciudad en un importante centro comercial a larga distancia de materiales valiosos como marfil, ámbar, huevos de avestruz o cobre .
El poder de las élites de Valencina se basaba en su capacidad para organizar la producción y el comercio, controlando recursos como la sal, el cobre y la producción de objetos de lujo. Ejemplos de ello son las exquisitas piezas que se han encontrado en algunas de las tumbas más importantes, como un puñal de marfil y cristal de roca, cuentas de conchas, objetos de ámbar y complejas vestimentas ceremoniales. Estos objetos eran creados por artesanos altamente especializados que posiblemente trabajaban bajo el patrocinio de las élites locales.-
Curiosamente las pruebas arqueológicas apuntan a que Valencina no era un asentamiento donde las personas vivieran de manera permanente, sino más bien un lugar de reunión periódica. Prueba de ello es la escasez de viviendas permanentes, la presencia de personas no locales enterradas en el sitio y la abundancia de grandes platos cerámicos en contextos rituales.
Estos platos, que tienen hasta 50 centímetros de diámetro, se usaban probablemente para comidas colectivas, como medio de fomentar la cooperación y reforzar los lazos sociales. Algo que también se ha rastreado en lugares más antiguos y alejados como Göbekli Tepe.
Según el estudio el asentamiento surgió alrededor del año 3200 a.C., alcanzando su auge hacia 2900-2650 a.C., y sufriendo un periodo de crisis durante unos 50 años hasta 2600 a.C., del que se pudo recuperar hasta su colapso total después del 2300 a.C. El final de su papel como gran centro ceremonial y comercial coincidió con un evento climático conocido como evento 4.2K que provocó sequías en el Mediterráneo. Fue abandonado y nunca mas volvió a recuperar su antiguo esplendor.
Valencina tenía, según los autores, una forma de organización social original y distinta a las jerarquías típicas de los primeros estados. En lugar de estructuras permanentes de gobierno o grandes edificios administrativos, lo que los arqueólogos encontraron son espacios rituales, de producción especializada y de reuniones periódicas de personas procedentes de distintos lugares.
Se trata de un modelo que desafía las ideas tradicionales sobre cómo evolucionaron las sociedades humanas. Valencina no era una ciudad-estado al estilo de las de la antigua Mesopotamia, sino un ejemplo de cómo la cooperación, la religión y el intercambio pueden generar formas de poder alternativas, igualmente efectivas. (LBV)