AFORO DE SÓLO MIL EXCURSIONISTAS DIARIOS A LOS REFUGIOS AL OESTE DEL RIO AZUL
La medida comenzará a implementarse en los próximos días y cuenta con la aprobación de los vecinos ribereños, aunque piden un estudio de impacto ambiental. No obstante, se sumarán otros 1.600 visitantes que se alojen en el sector. Hay cinco pasos habilitados y apenas seis guardias ambientales para controlarlos.
La red de refugios de montaña “más extensa de Sudamérica” es furor para el turismo argentino y extranjero. En cada jornada, es incesante el flujo de caminantes con la idea de “conectarse con la naturaleza y con las noches de fogón durmiendo a la intemperie, ya que el cielo completamente estrellado parece venirse encima”.
La Playita, La Tronconada, Cajón del Azul, El Retamal, La Horqueta, Los Laguitos, Encanto Blanco, Dedo Gordo, Natación, Hielo Azul, Casa de Campo, El Conde, Lindo, Roca del Tiempo y Motoco (en tierras chubutenses), son los destinos luego de 4 o 5 horas de caminata que con una vasta bifurcación de senderos permiten conocer a fondo los secretos de la cordillera.-
Aunque no hay estadística certera, desde los organismos competentes estiman que unas 120 mil personas ingresaron la temporada pasada al Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido y que este verano se podría superar.
Sin embargo, desde distintos sectores se alertó sobre las consecuencias de la carga humana sobre el ambiente, además de evaluar la posibilidad de accidentes o incendios forestales, que implica complejos operativos de evacuación.
En definitiva, en línea con una resolución oficial, se estableció un cupo de mil personas por día, como prueba piloto para las visitas de uso diurno (sin pernocte) en los diferentes circuitos de trekking del ANPRALE, donde el visitante debe prever inscribirse con la debida antelación para asegurar su lugar, teniendo en cuenta que en los ingresos no hay señal de internet y que todos aquellos que lleguen sin el comprobante del registro previo obligatorio no podrán acceder al área.
Pobladores
Manuel de Lucía tiene una cabaña y un camping en la confluencia de los ríos Azul y Encanto Blanco, por donde ingresa el 90% de los excursionistas y es uno de los vecinos que más ha gestionado para obtener respuestas que pongan orden en los accesos.
Con el rumor del agua detrás y observando la fila de turistas que no acaba de pasar, destacó que “tomamos la medida con muy buena predisposición, ya que luego de 30 años de trabajo en el ANPRALE se comienza a generar una organización para regular el cupo máximo de caminantes por día.
Hay que sumar las personas que van a pernoctar en los 16 refugios habilitados, con un promedio de 100 visitantes por sitio (tanto en el interior como en la zona de acampe), que da un total de unas 2.600 personas en cada jornada”.
Acerca de la capacidad de carga humana del espacio, indicó que “es un dato técnico que a los pobladores que vivimos en el área de amortiguación y en la costa del río Azul nos gustaría saber si ese número fue tomado a través de un estudio de impacto ambiental, que es la forma de establecer su relevancia.
La idea es que podamos cuidar esta área natural protegida, además de poder hacer uso, disfrute, educación y recreación, ya que tiene un importancia singular por la flora, la fauna y la diversidad que conserva”.
Dudas
“Su mantenimiento y conservación tiene que contar con presupuesto y recursos, de lo contrario es imposible”, recalcó. “Hoy nuestra duda es saber cómo se va a implementar, quienes serán los agentes de control, ya que a la fecha solo contamos con seis guardias ambientales para cubrir cinco ingresos legales (Motoco, Doña Rosa, Wharton, Encanto Blanco y Perito Moreno)”, puntualizó.
Recordó que “el año pasado tuvimos el récord de rescates y emergencias, no porque la gente se haya accidentado más, sino porque hubo más cantidad. En el caso de incendios, evaluamos que cada persona es un encendedor caminando y realizamos varias capacitaciones con el Splif”.
De Lucía consideró que “la mayoría son foráneos y carecen de la información necesaria sobre un camino de montaña, de la vestimenta técnica que hay que portar o de que no se pueden llevar bolsas en las manos. Indirectamente, comprometen a otras personas y organismos y terminan en el rescate de bomberos y provocan un desequilibrio”, graficó. (noticiasdelbolson y propia)