SI NO LOS MATA LA MOTOSIERRA…. MUEREN QUEMADOS
Le advertimos públicamente al gobierno de la provincia a principios de diciembre lo que seguía ocurriendo con Bosques y la falta de personal. Nunca pensamos a qué dramático extremo llegaríamos pocos días después.
Es cierto que, según dicen, no sirve llorar sobre la leche derramada. La cuestión es que no debe llegar a derramarse.
Pero no vamos a culpar a la provincia, porque lo que ocurre es responsabilidad compartida con organismos nacionales que nunca han estado a la altura de la situación.
Los que saben, que han estudiado y cuyo conocimiento los llevó a advertir la posibilidad cierta de desastres de magnitud, avisaron con suficiente anticipación.
Desde hace años nos vienen prometiendo y mintiendo. Mintiendo sobre la compra de decenas de aviones. Desviando los fondos de la Ley de Protección de Bosques Nativos. Contratando insuficiente personal y brigadistas en Parques, en SPLIF y en Provincia.
Ni siquiera hay información confiable desde el Estado sobre la situación real del lugar de los incendios.
Entonces debemos escuchar a los pobladores de los parajes, que muestran cómo mojan sus casas y sus terrenos para que el fuego, cuando se vuelva a acercar, encuentre que lo que ya quemó está mojado y no lo vuelva a prender, y eso lo pueden hacer los que afortunadamente cuentan con señal para enviar imágenes estremecedoras, de la desaparición y muerte de centenares y miles de árboles que nunca más volveremos a ver, aunque nos digan que “los bosques templados están adaptados a la dinámica del fuego”. O que «no hay mucha fauna», cuando sabemos, sin ir más lejos, que la zona es corredor del huemul, de los cuales quedan sólo un puñado. Por lo visto, sólo despierta compasión ver un koala con las patitas quemadas.
No podemos aceptar que desde Ambiente de la Nación y de Parques Nacionales quieran minimizar ningún aspecto de lo que ocurre. Es un drama sin precedentes, aunque haya habido un incendio hace un siglo. No nos importa, nosotros no lo vimos, no eran las mismas circunstancias de hoy, tampoco volveremos a ver lo que se perdió.
Acaban de reconocer públicamente, en conferencia de prensa, que a quince días de iniciado el fuego destinaron los recursos a otro incendio “para que no creciera” y luego volvieron, mientras dejaron una mínima guardia en el lugar. Eso es criminal. El otro o los otros fuegos debían ser atacados con la misma premura y los mismos recursos con los que debió ser atacado el incendio de Steffen/Martin/El Manso.
Tampoco es exacto que no pudieran actuar los aviones en el inicio por viento, no es verdad, no había viento, y no estaban los aviones.
Entonces, con la leche derramada, es hora de que quienes están a cargo de proteger esto que se está quemando sin remedio cumplan con su obligación, y luego, vista su falta de idoneidad o por haber actuado con negligencia y tardíamente, den un paso al costado. Porque es obligación del funcionario público proteger el bien puesto bajo su custodia.
Asociación Civil Árbol de Pie