EL AMBIENTALISMO RADICAL Y SU PROPUESTA (NO DICHA) DE REDUCIR POBLACIÓN
Nota de opinión de Aldo Duzdevich (*); Malthus proponía no solo la planificación familiar, sino también no intervenir ante guerras, pestes, hambrunas y otras catástrofes que disminuyan la población. ¿En qué se parece un sector del ambientalismo? Como la discusión sobre la explotación de nuestros recursos naturales es tan amplia y recibe tantos cuestionamientos a mi juicio sin fundamentos serios, me siento obligado a responder muchos temas a la vez. Espero no extenderme demasiado.
Hoy voy a hablar sobre el ambientalismo en general, y de una muletilla tan instalada: el “extractivismo”. Voy a contar sobre la vida en una paradisíaca isla del Pacífico, Tikopía, donde los chicos de Greenpace me ofrecen radicarme, pero sospecho de segundas intenciones. Y luego voy a reproducir un texto de uno de los intelectuales mas lucidos de esta zona de America, Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Evo Morales.
El fundamentalismo ambientalista ha creado un club de las almas bellas, donde varios de nosotros no vamos a poder ingresar nunca. Y entre los excluidos de ese club están García Linera y Evo Morales, Lula Da Silva, Rafael Correa y por supuesto Néstor y Cristina, que en su provincia Santa Cruz dieron lugar a las “siete plagas de Egipto”, mina y central de carbón en Río Turbio, minería a cielo abierto en la meseta, petróleo y gas convencional en tierra y offshore en sus costas.
Tikopia: el paraíso ambiental existe, pero tiene sus costos
La pequeña isla de Tikopia, de solo tres km², es una de las islas más remotas del mundo, un pequeño paraíso del Océano Pacífico ubicado en el extremo orientas de las Islas Salomón. Un lugar mágico y lleno de historias fantásticas.
La isla lleva ocupada por el ser humano los últimos tres mil años, en los que la población se ha mantenido asombrosamente estable en torno a los 1.200 habitantes. El gran reto durante tanto tiempo ha sido doble: producir alimentos suficientes y evitar el crecimiento de la población. Los habitantes de este remoto lugar subsisten gracias a la naturaleza, a la conexión que generan con ella. En algún momento del año 1200 después de Cristo, los habitantes de la isla empezaron a desarrollar un sistema de huertas sostenibles que les permitió alimentar a una población relativamente pequeña y estable en la isla. Alrededor del año 1600 tomaron una trascendental decisión: la matanza de todos los cerdos de la isla porque estaban comiendo y destruyendo los cultivos. En su reemplazo se incrementó el consumo de pescado, mariscos y tortugas.
Hasta este punto, Tikopia puede parecer una utopía flotante. Pero en esta isla paradisíaca la sobre-población ha sido siempre el gran problema a resolver, y los métodos que han empleado, no han sido los más respetuosos de los derechos humanos, (abortos, infanticidios, suicidios) y otros métodos audaces. Por ejemplo, la planificación familiar es algo sumamente estricto en la isla, al punto de que sólo al hijo mayor de cada familia se le permite tener descendencia, se previenen los embarazos no deseados y cuando ocurren, estos fetos son abortados.
Y cuando pasan cosas catastróficas, como una muy mala cosecha o un tifón, que amenaza la subsistencia de toda la comunidad, las soluciones son aún más drásticas. De acuerdo con historiadores, en estos casos los padres salían al mar en canoas con sus hijos para nunca regresar; las personas solteras terminaban sus vidas con una cuerda hecha de hojas de palma; los recién nacidos eran depositados debajo de una hoja en la arena polvorienta blanca como la nieve, como si nunca hubieran existido. Todos estos métodos eran habituales en la isla hasta que la introducción del cristianismo en 1858 alteró algunas de estas tradiciones. Hoy en día, es más común que ante la sobre-población los jóvenes abandonen la isla hacia archipiélagos cercanos o hacia tierras europeas.
En 1798, Thomas Robert Malthus desarrollo su teoría maltusiana. Sostenía que el crecimiento de la población se da en proporción geométrica mientras los alimentos crecen en proporción aritmética. Razón por la cual, en un momento los alimentos se agotan y colapsa la humanidad. Incluso le puso fecha al colapso: 1880. Como solución, Malthus proponía no solo la planificación familiar, sino también no intervenir ante guerras, pestes, hambrunas y otras catástrofes que disminuyan la población. Lo que Malthus no previó fue el avance de la tecnología que permitió aumentar enormemente la producción de alimentos. Y así llegamos hasta el uso de agroquímicos, los transgénicos y otros métodos modernos que no despiertan simpatía pero permiten alimentar a los 8 mil millones de habitantes del planeta hoy, ocho veces mas que los existentes en 1798.
La pregunta es: ¿Es posible vivir en perfecta armonía con la naturaleza, sin alterarla y sin sobre-explotar sus recursos? Bueno, por el ejemplo de Tikopia, parecería ser posible. Solo que como en la películas distopicas que vemos por Netflix, deberíamos reducir drásticamente la cantidad de habitantes y luego evitar que se reproduzcan fuera de lo pautado. Tema bastante desagradable al menos para quienes profesamos el humanismo.
Garcia Linera un marxista acusado de extractivista
Voy a reproducir párrafos del libro Geopolitica de la Amazonia, de Álvaro García Linera por entonces Vicepresidente de Evo Morales. “Como es bien sabido, toda actividad humana —desde el construir una casa, sembrar alimentos, cazar y aun andar y respirar— afecta la naturaleza. Nadie vive contemplándola, como sostiene el ambientalismo ingenuo, pues el que lo haga no permanecería vivo. En general, la propia naturaleza se afecta a sí misma, pudiendo provocar catástrofes que a su vez terminan modificándola nuevamente.”
“En cualquier caso, la actividad humana es posible únicamente mediante la transformación de la naturaleza, ya sea en la forma de una choza o una ciudad, un sembradío o unos andenes, una represa o una turbina, un hacha o una volqueta; todo, absolutamente todo desde que existe vida en el planeta. La vida natural y social necesita procesar la naturaleza para extraer los componentes biológicos de su reproducción y materiales de sus herramientas.”
“Si conceptualizamos al “extractivismo” como la actividad que sólo extrae materias primas (renovables o no renovables), entonces todas las sociedades del mundo, capitalistas y no capitalistas, son mayor o menor medida extractivistas. Incluso las sociedades que vivieron o viven de la extracción de madera y castaña junto con la caza y la pesca, mantienen un tipo de actividad
extractivista de los recursos naturales renovables.”
“Hay países que empezando como productores de materias primas, han pasado a la fase industrializadora de materias primas y ahora tienden a concentrarse en la producción científico-tecnológica y los servicios. Buena parte de los países europeos, y también Norteamérica, han tenido este recorrido”
“El extractivismo no es un destino, pero puede ser el punto de partida para su superación. (…) Como toda emancipación, la del extractivismo tiene que partir precisamente de él, de lo que como forma técnica ha hecho de la sociedad. Actualmente, para nosotros como país es el único medio técnico del que disponemos para distribuir la riqueza material generada gracias a él.”
“Y para romper esa subordinación colonial no es suficiente llenarse la boca de injurias contra ese extractivismo, dejar de producir y hundir en mayor miseria al pueblo, para que luego regrese la derecha.(…) ¿Acaso dejando de producir, cerrando las minas de estaño, los pozos de gas, retrocediendo en la satisfacción de los medios materiales básicos de existencia, tal como lo sugieren sus críticos? ¿No es esta más bien la ruta del incremento de la pobreza y el camino directo a la restauración de los neoliberales? “
El gobierno de Evo Morales tuvo una muy importante presión de grupos ambientalistas que militaron fuertemente contra su reelección, que terminó en el golpe de estado. García Linera dedica un párrafo contundente y duro contra esas ONG.
“El conjunto de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) amazónicas, algunas de las cuales han creado en las últimas dos décadas una trama clientelar de dirigentes indígenas a través de los cuales emiten el discurso ambientalista empresarial en las distintas comunidades. Poseedores de buenas intenciones humanitarias —y de buenos salarios para tales cometidos—, forman un pequeño ejército ideológicamente difusor del discurso medioambientalista de derecha, y económicamente materializador de una acumulación capitalista medioambiental.”
Evo Morales “extractivista y devastador”
Bolivia es un país con limitados recursos naturales y altos niveles de pobreza, que los gobiernos de Evo Morales comenzaron a superar. Uno de los hitos importantes fue en 2006 la nacionalización de YPB (Yacimientos Petrolíferos Bolivianos) que había sido privatizada. Gran parte del recupero de esa renta petrolera fué directamente en bonos a las madres, algo parecido a nuestra AUH (Asignación Universal por Hijo).
Entre 2009 y 2015, la producción hidrocarburífera de Bolivia representaba el 50 % de los ingresos de las exportaciones. El 84% de las reservas de gas natural eran vendidas a Brasil y Argentina.
Argentina históricamente pagó a Bolivia por su gas, un precio superior al de nuestra producción interna. Actualmente por el Plan Gas pagamos 3,40 dolares el MBTU y a Bolivia le compramos a 7 dólares el MBTU.
Pero, el destino de renta de YPB hacia otras actividades, disminuyó el capital de inversión de la empresa y sus yacimientos entraron en declino. Incluso este ultimo año YPB no pudo cumplir con los volúmenes comprometidos por contrato con Argentina.
Por esa razón en 2018 el gobierno de Evo Morales firmó un convenio con la empresa canadiense Cancambria Energy Corp para explorar el potencial de gas no convencional (fracking) en el sur de Bolivia, exactamente en el área de Miraflores, que está situada en el chaco de Chuquisaca y parte de Santa Cruz.
La investigadora y activista ambiental Cecilia Requena, ha dicho: “El gobierno de Evo Morales, que se presenta internacionalmente como defensor de la Madre Tierra, quedará en la historia de Bolivia como el régimen que promovió el extractivismo radical y devastador, que no se detiene ante tecnologías especialmente peligrosas como el fracking o la energía nuclear, y ni siquiera ante territorios indígenas y áreas protegidas vitales para equilibrios ecológicos como la provisión de agua para el territorio nacional”.
Como vemos de este tipo de acusaciones no se salva nadie. Ni el mayor líder del gobierno plurinacional boliviano Evo Morales.
(*) Aldo Duzdevich para APU. Es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad – Los montoneros que se quedaron con Perón.